Filósofo y matemático griego.
Pitágoras fue hijo de Mnesarco y la primera parte de
su vida la pasó en Samos, la isla que probablemente abandonó unos años antes de
la ejecución de su tirano Polícrates, en el 522 a.C. Es posible que viajara
entonces a Mileto, para visitar luego Fenicia y Egipto; en este último país,
cuna del conocimiento esotérico, se le atribuye haber estudiado los misterios,
así como geometría y astronomía.
Pitágoras marchó después a Babilonia con Cambises,
para aprender allí los conocimientos aritméticos y musicales de los sacerdotes.
Se habla también de viajes a Delos, Creta y Grecia antes de establecer, por
fin, su famosa escuela en Crotona, donde gozó de considerable popularidad y
poder.
La comunidad liderada por Pitágoras acabó,
plausiblemente, por convertirse en una fuerza política aristocratizante que
despertó la hostilidad del partido demócrata, de lo que derivó una revuelta que
obligó a Pitágoras a pasar los últimos años de su vida en Metaponto.
La comunidad pitagórica estuvo seguramente rodeada de
misterio; parece que los discípulos debían esperar varios años antes de ser
presentados al maestro y guardar siempre estricto secreto acerca de las
enseñanzas recibidas. Las mujeres podían formar parte de la cofradía; la más
famosa de sus adheridas fue Teano, esposa quizá del propio Pitágoras y madre de
una hija y de dos hijos del filósofo.
El pitagorismo fue un estilo de vida, inspirado en un
ideal ascético y basado en la comunidad de bienes, cuyo principal objetivo era
la purificación ritual (catarsis) de sus miembros a través del cultivo de un
saber en el que la música y las matemáticas desempeñaban un papel importante.
El camino de ese saber era la filosofía, término que, según la tradición,
Pitágoras fue el primero en emplear en su sentido literal de «amor a la sabiduría».
También se atribuye a Pitágoras haber transformado las
matemáticas en una enseñanza liberal mediante la formulación abstracta de sus
resultados, con independencia del contexto material en que ya eran conocidos
algunos de ellos; éste es, en especial, el caso del famoso teorema que lleva su
nombre y que establece la relación entre los lados de un triángulo rectángulo,
una relación de cuyo uso práctico existen testimonios procedentes de otras
civilizaciones anteriores a la griega.
La voluntad
unitaria de la doctrina pitagórica quedaba plasmada en la relación que
establecía entre el orden cósmico y el moral; para los pitagóricos, el hombre
era también un verdadero microcosmos en el que el alma aparecía como la
armonía del cuerpo. En este sentido, entendían que la medicina tenía la
función de restablecer la armonía del individuo cuando ésta se viera
perturbada, y, siendo la música instrumento por excelencia para la
purificación del alma, la consideraban, por lo mismo, como una medicina para
el cuerpo. La santidad predicada por Pitágoras implicaba toda una serie de
normas higiénicas basadas en tabúes como la prohibición de consumir animales,
que parece haber estado directamente relacionada con la creencia en la
transmigración de las almas; se dice que el propio Pitágoras declaró ser hijo
de Hermes, y que sus discípulos lo consideraban una encarnación de Apolo.
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